Bolivia contaba históricamente en 1985 con 63,894 hectáreas de glaciares, distribuidos en los departamentos de La Paz (87%), Oruro (7%) y Potosí (6%). Sin embargo, según MapBiomas 2.0, el país ha perdido el 56.7% de esta cobertura, en el periodo de 1985 al 2023 equivalente a 36,247 hectáreas. En La Paz, donde los glaciares son fundamentales para el suministro de agua de 1.6 millones de personas (CENSO 2024), el retroceso es crítico, con una pérdida de 29,886 hectáreas, lo que representa el 54% de su extensión superficial. Oruro y Potosí enfrentan una situación aún más grave, con pérdidas de 4,503 hectáreas (75.5%) y 3,588 hectáreas (82.5%), respectivamente.

Pelechuco, municipio paceño, con la mayor extensión glaciar histórica (16,059 ha en 1985), ha perdido el 51% de su cobertura (8,201.88 ha) al 2023. Según SIIP, la región tiene una dinámica productiva centrada en la minería aurífera, con actividades alternas como la agricultura. La pérdida de glaciares amenaza la seguridad hídrica y alimentaria para poblaciones rurales urbanas. Ante este panorama, es prioritario implementar medidas de adaptación y mitigación que permitan conciliar las actividades económicas y agropecuarias con estrategias orientadas a reducir los impactos del retroceso glaciar y fortalecer la resiliencia frente a los efectos del cambio climático.

Karla Alanoca Nina

Asistente de Investigación IISEC

Becaria Hanns Seidel