¿Cómo Mejorar la Educación en Latinoamérica?

Año | : | 2019 |
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Autor/es | : | Nicolás Andrés Irazoque Sillerico |
El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) es una prueba que se aplica a jóvenes de 15 años alrededor del mundo. PISA busca medir los conocimientos y habilidades de los estudiantes un par de años antes de culminar la educación obligatoria. Evalúa lo que los estudiantes pueden hacer con lo que aprendieron, y no, como muchos creen, los conocimientos como tal. Entonces nos permite conocer que tan capacitados están los estudiantes para una participación adecuada en la sociedad.
Tres áreas son las que se evalúan con las pruebas PISA: matemáticas, lectura y ciencia. Los resultados muestran que Singapur es el país que lidera el ranking en las tres materias evaluadas, teniendo a Japón, Canadá y Finlandia en la cola superior. Por otro lado, los 9 países latinoamericanos, más una región argentina, se encuentran en la cola del ranking en las tres áreas. Se observa a Chile y Uruguay como los líderes en aprendizajes de la región y a República Dominicana al final.
El Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE), una prueba realizada por UNESCO similar a PISA, mide las habilidades de los estudiantes de tercer y sexto grado para América Latina y el Caribe. Estas pruebas nos muestran resultados similares a PISA, con Chile con los mejores aprendizajes entre los países evaluados y República Dominicana con las mayores deficiencias. Entonces, se puede observar que existe el problema de una gran heterogeneidad de aprendizajes dentro de la región. Países que, en promedio, tienen buena preparación de los estudiantes y otros países con una preparación muy deficiente. También se observa que dentro de cada país existe mucha dispersión, algunos estudiantes con habilidades muy altas y otros con habilidades muy bajas. Inclusive Chile, que es el país de la región con mejor educación, tiene resultados muy desiguales entre sus estudiantes.
Otro factor, quizás el más importante y difícil de analizar, es la implicancia de los resultados obtenidos por las pruebas PISA y el TERCE. Como son pruebas que buscan cuantificar las habilidades y capacidades que tiene los estudiantes, en un punto del tiempo, nos permiten observar la calidad educativa ofrecida en ese momento del tiempo. Por lo tanto, como países latinoamericanos tenemos tres problemas respecto a la calidad educativa: primero, estamos muy por debajo del promedio mundial; segundo, existe mucha diferencia entre los países de la región; y, tercero, dentro de cada país también existen diferencias marcadas.
Teniendo esto en cuenta, naturalmente surge la pregunta: ¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad educativa de la región y que todos los niños y niñas se beneficien de ella? La mala noticia es que no existe una receta mágica para poder responder esta pregunta, la buena es que hay muchos factores que se pueden cambiar, dependiendo del contexto en el que se quiere mejorar.
Para conseguir esta mejora se pueden proponer, en líneas generales, 4 ideas que fueron exitosas en otros sistemas educativos. Primero, utilizar información para identificar las necesidades de las escuelas. Segundo, utilizar esta información para localizar los procesos de mejora y ayuda. Tercero, saber que las mejoras son internas, pero se requiere apoyo externo. Y cuarto, asegurar las oportunidades de mejora a todas las escuelas.
La primera idea, quizás la más importante en la región, es la necesidad de tener información y datos para saber las deficiencias que tienen las escuelas. Las pruebas internacionales como PISA o TERCE y las pruebas nacionales como el Censo de la Educación Básica en Brasil o el programa Aprender en Argentina, son fuentes de información muy importantes y necesarias. Toda esta información de los estudiantes y de las escuelas permiten conocer cuáles son las necesidades de cada escuela y del sistema educativo en conjunto. La información recolectada también permite realizar una rendición de cuentas para que la ciudadanía sepa lo que se está enseñando. Esta información facilita la toma de decisiones estratégicas para mejorar los sistemas educativos.
El segundo elemento es el que plantea la necesidad de apoyar a las escuelas que más ayuda necesitan. Una práctica en Nueva Zelanda cataloga a las escuelas por niveles de rendimiento de sus estudiantes y las que tienen rendimientos más bajos son las que reciben mayor seguimiento y apoyo. En este punto, pueden entrar una serie de políticas y reformas educativas claves, como la modernización de los currículos, la mejora de la calidad docente, la mejora de la infraestructura de las escuelas, la implementación de programas pre escolares de calidad, entre otros.
El tercer componente captura la idea principal de que cada escuela es responsable de su propia mejora, pero que pueden necesitar apoyo externo cuando alcancen su límite de capacidades. Básicamente consiste en obtener las mejoras reales en las escuelas, que lo necesitan, con cierto apoyo externo. El apoyo externo puede venir desde diferentes instituciones, por ejemplo, los gobiernos locales o municipales que cuenten con un departamento de pedagogía para apoyo a las escuelas, también puede provenir de las universidades e instituciones de educación terciaria, que ayuden en la capacitación de los estudiantes de educación secundaria.
El cuarto factor implica que todas las escuelas reciban las oportunidades de mejora para su contexto. Necesita que los mecanismos de rendición de cuentas estén alineados con las reformas de mejora escolar. Esto permite conocer cuál fue el efecto de una reforma en las escuelas como también permite conocer si las escuelas tuvieron una mejora o no con las políticas. Es necesario que las escuelas apliquen los mecanismos de ayuda y políticas de mejora y traten de conseguir resultados efectivos de éstas.
En resumen, es necesario que las sociedades tengan un levantamiento de datos e información sobre los sistemas educativos. Con la información obtenida, se plantean las reformas para mejorar la educación. Las escuelas tienen que estar en constante búsqueda de mejora, con apoyo de los gobiernos y de otras instituciones. Y, toda reforma educativa aplicada tiene que tener su sistema de medición para conocer sus resultados.
Esta no es una tarea fácil y no se conseguirán resultados de un día al otro. Las reformas educativas toman tiempo, pero si son reformas bien direccionadas y con objetivos claros, ganarán los niños, ganarán las escuelas y ganarán las sociedades latinoamericanas. La educación de calidad es un derecho para todos y es necesario conseguirla.
BIBLIOGRAFÍA:
[1] OECD (2016). PISA 2015 Results: Excellence and equity in education. Volume I.
[2] UNESCO-OREALC. (2015). Informe de resultados TERCE: Logros de aprendizajes. UNESCO, Santiago, Chile.
[3] Jaimovich, A. (2016). Arquitectura institucional para la mejora escolar: ¿Cómo mejoran los sistemas educativos?, ¿Qué rol pueden cumplir las estructuras de gestión de la educación en el aseguramiento de procesos de mejora continua a nivel sistémico?. Banco Interamericano de Desarrollo.
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