Desviando la urbanización de Bolivia hacia ciudades verdes

Desviando la urbanización de Bolivia hacia ciudades verdes
Año : 2018
Autor/es : Jhanira Nancy Rodriguez Torrez, Jhanira Nancy Rodriguez Torrez

Hoy en día, la población boliviana se concentra mayormente en áreas urbanas. Según el Censo Nacional de Población y Vivienda 2012, de cada 100 personas, aproximadamente 67 habitan en áreas urbanas y solamente 33 en áreas rurales. Este fenómeno migratorio hacia las ciudades, sea temporal o permanente, se ha generado por factores de “atracción”, que por lo general están relacionados a las oportunidades económicas y a la búsqueda de una mejor calidad de vida. Ante ello es necesario indagar acerca de los efectos que se presentan ante este rápido crecimiento urbano.

Cuando la constante expansión de las áreas urbanas no está debidamente planificada, se genera menor visibilidad de los límites entre áreas urbanas y rurales, se reduce la posibilidad de contar con servicios básicos de calidad, y ello se ve reflejado en el aumento de las cifras de pobreza urbana. Además de estos efectos también se presentan una serie de efectos que se ven reflejados en los hábitos alimenticios de la ciudadanía, y por ende sobre la salud (desnutrición, obesidad y enfermedades no transmisibles).

Por un lado, la demanda de alimentos en las ciudades incrementa, y este desequilibrio ocasiona que las zonas rurales o periurbanas no sean capaces de abastecer esta demanda; esto repercute directamente en la disponibilidad de alimentos nacionales en los centros de abasto de las ciudades. Por otro lado, los sistemas alimentarios[1] ineficientes, generan que los precios en áreas urbanas sean más elevados, afectando el acceso a alimentos, especialmente en la población con menores recursos.

De esta manera, el hecho de que las ciudades de Bolivia estén pasando por acelerados procesos de urbanización, nos invita a evaluar y repensar algunas prácticas complementarias. La agricultura urbana o periurbana es una práctica formalmente reconocida a nivel mundial, que ha proporcionado alimentos a más de 700 millones de residentes urbanos hasta el año 2005, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Los impactos de la práctica de la agricultura en ciudades bolivianas han sido diversos y han ayudado a muchas familias de bajos recursos, especialmente aquellas que habitan en la ciudad de El Alto, que es donde esta práctica se inició en Bolivia. Actualmente, la agricultura urbana se practica en varios departamentos del país y de diferentes formas, como por ejemplo huertos vecinales, escolares, invernaderos u otros. Esta práctica ha generado una mejora en la disponibilidad variada de verduras y frutas frescas en la dieta, en el acceso y en la forma de preparar los alimentos, lo cual ha contribuido a mejorar la situación de seguridad alimentaria en las familias. Además, ha permitido que muchas mujeres (quienes son las más involucradas) generen un ingreso extra para el hogar a partir de la comercialización del excedente de su producción, o por el ahorro que implica producir sus propios alimentos en los gastos alimentarios.

Igualmente, la agricultura urbana y periurbana ha generado que muchos habitantes de las ciudades reflexionen sobre cómo se producen los alimentos que consumen en el día a día y valoren el trabajo agrícola que se lleva a cabo. Las familias que la practican también indican que existe un mayor contacto y empatía con la naturaleza, además de ayudarles a desestresarse. Todo esto se ve reflejado en el reverdecimiento de las ciudades y en el uso de materiales reciclados.

A partir de estos hallazgos la agricultura urbana y periurbana se está convirtiendo en una tendencia más reconocida tanto a nivel internacional como nacional, por ello es importante que la población boliviana conozca sobre los beneficios que se tiene al cultivar nuestros propios alimentos y los impactos sociales, económicos y ambientales. Asimismo, es necesario aclarar que esta actividad no pretende reemplazar los sistemas tradicionales de producción porque en las ciudades son pocos los espacios para poder producir alimentos que abastezcan a toda la población urbana, debido a que gran parte está cubierto de cemento y porque la producción a mayor escala no es posible.

 

[1]  Los sistemas alimentarios abarcan diferentes procesos desde la producción, transformación hasta la distribución y el consumo de alimentos. Estos dependerán del cambio climático, las políticas de Estado y los procesos educativos y políticos de cada contexto.




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