La Política Fiscal en la Post-Estabilización: Algunas Reflexiones del Caso Boliviano

Las altas tasas de inflación en un número importante de países de América Latina han puesto en el centro del debate a las implicaciones macroeconómicas de los presupuestos del sector público. Se ha constatado con regularidad en las experiencias recientes, que déficit fiscales elevados, a veces con desfases en el tiempo, acompañan a las altas inflaciones, al margen de la discusión de causalidad. Por otra parte, se ha observado también que todos los programas de estabilización exitosos contienen medidas fuertes de corrección fiscal. Los efectos de las políticas fiscales en el nivel de actividad en el mediano plazo después de la estabilización son, en cambio, menos transparentes y menos conocidos. El caso boliviano ofrece lecciones importantes acerca de las relaciones entre la política fiscal y la inflación. La acumulación de desequilibrios fiscales durante varios años explica con contundencia la alta inflación, convertida después en hiperinflación, que asoló a Bolivia en el período 1982-1985. (Sachs, 1986). En coherencia con esa explicación de la naturaleza del proceso inflacionario, el programa de estabilización en vigencia tiene como piezas claves el saneamiento de las cuentas del sector publico y una reducción en la carga del servicio de la deuda pública externa. No obstante los progresos logrados, tanto para controlar el déficit fiscal como la inflación, persisten todavía interrogantes con relación a cuán sostenible en el mediano plazo es la política fiscal actual y en cuanto al papel, si alguno, que le pueda corresponder para inducir la reanudación del crecimiento económico. Este documento se organiza alrededor de las interrogantes del párrafo anterior.